Areco, un paraíso urbano

Areco, un paraíso urbano

En el centro de la ciudad y con apariencia discreta está la casa de una artista dedicada a la joyería. Sorpresas apenas se traspasa la puerta de entrada.

31/01/2020 16:25

Marina Massone se define como joyera contemporánea de Areco. Sus piezas están más cerca del arte y de la intuición ya que cuando elige un material lo explora para descubrirlo y así ir viendo de a poco cuál será la forma final de cada joya. Podríamos agregar que es una artista integral, porque también fue capaz de diseñar su casa, las lámparas, los floreros y muchas cosas más.

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Pasó 8 años viviendo en el campo mandando a sus hijas al colegio en Areco hasta que un día pensó que era mejor vivir en la ciudad y que todo fluyera de una manera más organizada. Encontraron esta casa en estado de abandono total. Era la típica casa chorizo con 3 ambientes, un baño, una cocina y un jardín al fondo. Donde hoy está el gran espacio que hace las veces de living, comedor, cocina y baño sólo había una galería angosta, techada. El resto quedó como era la distribución original, reformando pisos y techos.

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CON ESTILO PROPIO

“Queríamos una casa que se utilice en su totalidad, cómoda, integrada, muy simple y funcional. Vivo en un pueblo, atiendo gente en diferentes momentos, sin citas previas y me gusta que todo esté conectado y que sea utilizable”, dice Marina. La pensó con dos sectores que funcionen de manera independiente, su suite con el living abierto y sus hijas con sala de tv y un gran dormitorio con salida al jardín. Capítulo aparte para la cocina y el baño que se abren o se cierran dependiendo de las circunstancias, con puertas corredizas de hierro. Pero un día Marina quiso armar su taller y con todo lo que sobró de la casa original construyó al fondo, en el jardín, un lugar, único y mágico. ¡La usina creativa de esta artista!

La recepción abierta e integrada antes era una pequeña galería techada, típica de una casa chorizo. Un living comedor y al fondo, a la izquierda, se encuentra la cocina; a la derecha, el baño. Muebles de los ’50, junto a otros heredados o comprados en remates. Sillas (Net). Las lámparas y los floreros Bosque son diseño de la dueña de casa.

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Un contra plano del living donde se nota una gran simplicidad en la búsqueda de materiales que facilitó la reforma. Pisos de cemento alisado y techos machimbrados negros. La vitrina guarda objetos de valor emocional; las cerámicas y el cuadro son de Marina. Las aberturas se abren a un patio por el cual uno ingresa a cielo abierto desde la calle. El gran ambiente integrado se disfruta a pleno. A la derecha, al fondo, el ingreso al sector de las hijas. La cocina se abre o se cierra dependiendo de la ocasión con puertas corredizas de hierro. Una idea genial para una vida cómoda y funcional. Las lámparas son del Mercado de Pulgas.

El baño tiene mesada de cemento alisado y todo a la vista. A la izquierda, puertas corredizas para los sanitarios y la ducha. Floreros de la colección Mar, diseñados por la dueña de casa.

El taller en el jardín fue construido con todo lo que sobró de la casa original. Las chapas, las aberturas y hasta los vidrios de las ventanas que, como tenían diferentes medidas, los hicieron adaptar a marcos de hierro que acentuaran esa situación. Los picaportes son resistencias de luces antiguas. Mesas y bancos de trabajo junto a un sillón francés de terciopelo.