Cine: por qué agendar “El cuaderno de Tomy”, una película con Bertuccelli, Lamothe y Pichot

Cine: por qué agendar “El cuaderno de Tomy”, una película con Bertuccelli, Lamothe y Pichot

Con Esteban Lamothe como coprotagonista, desde el martes 24 en Netflix. Una película que, a pesar del dolor, reconforta.

20/11/2020 15:30

Llega “El cuaderno de Tomy”, un título nuevo del cine argentino, con el sello de Carlos Sorín y la infalible interpretación de Valeria Bertuccelli. Y así como esta película nos invita a pensar en las formas de amar, apoyar y aceptar, este año ver cultura de factoría argentina no sólo es un pasatiempo. Además es una forma, como sea, de seguir haciendo que gire la rueda a pesar de todo. Y los estrenos, en pandemia, no sólo son los jueves. Esta vez el lanzamiento será en Netflix, a partir del martes 24/11.

La película relata los últimos de días de vida de María, una mujer en su década del 40, mamá de un hijo de 3 años, que tiene cáncer de ovarios. Tras seis meses de tratamiento, no hay nada más que hacer. Salvo organizar y gestionar su partida.

Suena duro y dramático. Y es cierto que con la realidad actual nos alcanzaría para temas difíciles. Pero además del apoyo a nuestra industria y arte nacional, “El cuaderno de Tomy” tiene otras muy buenas razones para que la sumes a tu lista de deseos para ver. Aquí repasamos algunas:

Está basada en hecho reales

“El cuaderno de Tomy” fue en las librerías “El cuaderno de Nippur”, escrito por la arquitecta y artistas plástica María Vazquez durante los meses que estuvo internada en la última etapa de su cáncer. Tal como dice la sinopsis de la edición de Planeta: “María Vázquez escribió y dibujó este cuaderno mientras peleaba contra el cáncer. Murió a los 43 años, en abril de 2015, en la habitación de un sanatorio en Buenos Aires. Su último deseo fue que Nippur, su pequeño hijo de 3 años, pudiera, al leer estas páginas, recordarla, conocer su historia y aprender.”

D.R.
D.R.

El guion y la dirección de Carlos Sorín

El director argentino se luce respetando la historia. El relato es verosímil, empático y actual. Quienes hayan atravesado acompañar a alguien querido en una enfermedad similar podrán sentir un abrazo y la memoria de las contradicciones que ese proceso lleva. Nada está forzado: ni para agravarlo ni para aliviarlo. Tampoco se edulcora.

La joya son los detalles de los diálogos. Sin caer en el costumbrismo, permiten sentirte tan cerca de la historia como si nos pudiera pasar a todos. Porque es así. El ambiente de hospital, el trato con médicos y enfermeras, los amigos y la vida cotidiana que tiene que seguir andando aunque un cuerpo ya no pueda seguirle el ritmo: todo en su medida justa. Esa que provoca la media sonrisa de sentir y pensar, “es así”.

La interpretación de Valeria Bertuccelli

Vuelve a convencer y a atrapar. Ahora en una historia dramática, pero para la que ella seguramente fue elegida porque se necesitaba lo que sabe hacer.  Mezclar todos los sabores de la vida: amor, tristeza, enojo, impotencia, humor, ternura. Se pone en el lugar de una mujer inteligente y sabia, pero humana y frágil… como todas.

 

D.R.
D.R.

Las perlitas del elenco

Para amantes del teatro, el cine y las series argentinas la llegada al hospital del batallón de la amistad será un motivo de otra media sonrisa. Ahí están Diego Reinhold, Diego Gentile y todas ellas: Ana Katz, Mónica Antonópulos, Anita Pauls, Carla Quevedo, Paola Barrientos, Catarina Spinetta y Romina Ricci. Tenerlas a todas juntas provocaría la envidia de cualquier director de casting.

Además, Malena Pichot se muestra en un papel completamente distinto al que acostumbra. Y las pequeñas participaciones de cada actriz y actor son como movimientos perfectos en un juego de jenga que nunca va a caerse.

El tema para pensar, charlar, y por qué no, aprender

“Nada dura para siempre, ni el helado”, escribió María. La muerte como algo más de la vida es lo que propone pensar la historia. Tal como lo reflexionó para su hijo la protagonista real. También invita a reflexionar sobre el impacto de la exposición en redes sociales, así como en su rol de compañía. Mientras, de fondo, está la cuestión trascendental. Algo que aún tiene mucho por debatirse en nuestra sociedad: el vínculo entre la medicina, las emociones y la muerte digna.